DON BOSCO

Publicado en 31 Enero 2013

“El que demora su conversión a Dios corre tres peligros; que le falte tiempo, que le falte voluntad, que le falte gracia….” DON BOSCO

QUE TAL AMIGOS:

Hoy jueves 31 de Agosto, celebramos la fiesta de San Juan Bosco, considerado como el santo de la juventud, el Santo de los obreros, el Santo de la alegría, el Santo de María Auxiliadora y el Santo de muchas cosas más.

Desde niño demostró estar en posesión de cualidades nada comunes en todos los sentidos: era simpático, agudo, inteligente y trabajador. Desde niño y después de joven, pero sobre todo de sacerdote, trabajará tanto que parece casi imposible cómo en sólo 72 años de vida pudo realizar tantas y tan importantes obras. Alguien ha dicho que trabajo él solo más que diez hombres juntos de no cortas cualidades.

Dos eran las armas de que se servía, sobre todo, para formar a los jóvenes: La eucaristía y la penitencia. Estos dos sacramentos obraban maravillas en aquellos jóvenes. Obraba milagros, pero siempre era Ella, la VIRGEN AUXILIADORA, quien los hacía, decía él. “No he sido yo, ha sido la Virgen Auxiliadora quien te ha salvado”.

Su madre, Mamá Margarita, que no sabía leer, inventó un género literario que Don Bosco humildemente adaptó y ha heredado a sus hijos como una fortuna; “las buenas noches”.

Seguramente ella no pensó en descubrir nada cuando después de la cena reunía en la cocina a los jóvenes y les dirigía unas últimas recomendaciones para que durmieran juiciosamente. Costumbre que Don Bosco adoptó, y su ingenio le permitía encontrar el comentario de cada día, que unas veces era un suceso ocurrido en Turín o en cualquier parte; otras, una escena de la vida colegial; a menudo una fábula de su propia cosecha.

Por ejemplo, éste de la gallina.

Una tarde, la gallina no ha querido entrar en el gallinero. En vano el ama ha intentado conducirla; corre por el patio, hasta que la buena mujer, fatigada de perseguirla, cierra el gallinero y se va a casa.

La gallina se pasea por aquí por allí, picoteando algunos granos que halla en la tierra, satisfecha de su libertad. Al entrar la noche, ve la escalera apoyada al granero y saltando de peldaño en peldaño, llega hasta el heno, busca una postura cómoda y se dispone a dormir.

He aquí un ruido que la despierta. Es de noche; nadie en la casa vela. Los perros andan por la viña cuidando los racimos.

Una zorra ha invadido el granero, ha visto a la gallina y se dispone a devorarla. La gallina, espantada, vuela de un salto, la zorra quiere atraparla, pero cae en el huerto mientras la gallina se refugia en las ramas de un árbol. La zorra no la pierde de vista y acurrucada en el suelo, permanece con el hocico en alto. Después de una hora larga, la gallina da otro vuelo, alcanza el muro que rodea el huerto. La zorra está al pie. El muro es más bajo que las ramas del árbol. La zorra descubre un madero apoyado en él y se trepa y corre por el filo de la pared y la gallina solo puede salvarse con un tercer vuelo a un árbol que está fuera de la huerta y que es más bajo aún. La zorra desciende, sale por un albañal y se dispone a subirse por el tronco. La gallina, que se ve casi atrapada, vuela hacia otro arbolillo y ciega de terror, se arroja sobre una cerca. La zorra se introduce entre las ramas y la gallina da un último vuelo, pero ya no encuentra donde refugiarse y cada vez está más cerca del suelo y la zorra, con ojos de fuego, la persigue hasta que cae entre sus zarpas. La gallina cacarea, nadie la oye y pronto no queda de ella más que un montón de plumas ensangrentadas.

“Hijitos: la zorra es el demonio; la gallina son ciertos jóvenes que serán buenos, pero se fían en sus fuerzas, no admiten reglas, como la gallina, que no quería dejarse encerrar en el gallinero. Inexpertos, desdeñan los consejos por que tienen alas, la buena voluntad y la oración. No piensan que la naturaleza enferma tiende a caer. Algunos son golosos, otros son perezosos, otros son…. ¡Dios lo sabe! Hay quienes dicen: ¿por qué se nos prohíben ciertas amistades? Nosotros no hacemos nada malo. Luego comienzan a infringir las reglas, huyen de los superiores; después, ciertas cartitas, ciertos pensamientos, cierta familiaridad, ciertas amistades particulares, cierta sensibilidad. Se desciende, las alas no bastan, la zorra está abajo y corre y se termina cayendo en sus fauces. ¡Buenas noches!”

“LAS AVENTURAS DE DON BOSCO, EN ÉPOCA DE SAN PIO IX”

HUGO WAST

EDITORIAL: FOLIA UNIVERSITARIA

DON BOSCO

Escrito por Rincon Cristero

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